lunes, 15 de marzo de 2010

El origen de la noche




Al principio, muy al principio, no había noche, sino solamente día. La noche estaba dormida en el fondo de las aguas. No había animales; todas las cosas hablaban.

Se cuenta que la Hija de la Gran Serpiente había tomado como esposo a un hombre.

Un día, el hombre, que tenía tres fieles servidores, les dijo a éstos:
- Id a pasear, y con vuestra presencia intimidáis a mi mujer.

Los servidores se fueron a pasear y el hombre llamó a su mujer.Ésta le dijo:
- ¡Oh, esposo! Llevo mucho tiempo esperando que llegue la noche. ¿Por qué no acaba de llegar nunca?

El hombre contestó:
- No hay noche. En todo el tiempo no hay más que día.

- La noche la tiene mi padre - dijo la joven -. Envía a buscarla a orillas del Gran Río.


El joven llamó a sus servidores. La joven le había ordenado que enviase a buscar a casa de su padre una nuez de coco, en la que estaba encerrada la noche.
Los servidores se pusieron enseguida en camino. Llegaron a casa de la Gran Serpiente y le dijeron:

- Tu hija nos manda a buscar una nuez de coco en la que está encerrada la noche. Te rogamos que nos la des.
La Gran Serpiente les entregó una nuez de coco bien cerrada y le dijo:
- La noche está ahí; llevadla con vosotros. Pero tened cuidado de no dejar que se abra la nuez, pues si sucede eso, todas las cosas se perderán.


Los servidores hicieron una reverencia a la Gran Serpiente, cogieron la nuez y se pusieron en camino. Llevaban la nuez bien sujeta y dentro de ella oían un ruido; algo como «tin, tin, tin... chi, chi...»; era el ruido de los grillos y de los pajarillos que cantan por la noche.

Llevaban ya mucho camino andado y seguían oyendo el ruido. Y uno de los servidores dijo a los otros:
- ¿Qué puede ser ese ruido que oímos dentro de la nuez? Veamos de lo que se trata.
Pero otro contestó:
- No; no hagamos esa locura. Estaríamos perdidos. Vamos, seguid.

Y siguieron remando, pues iban en canoa por el Gran Río.

Siguieron más lejos aún, y continuaban oyendo el ruido. Entonces no pudieron contener su curiosidad y encendieron fuego; derritieron la resina que cerraba la nuez y la abrieron.

La noche se escapó y las tinieblas cubrieron el mundo.
- ¡Estamos perdidos! Y la joven Hija de la Gran Serpiente sabrá ya que hemos abierto la nuez y que hemos dejado escapar la noche.

En aquel momento las cosas de la selva se cambiaron en animales. Las cosas que contenía el río formaron patos y peces. Así, el pescador y su canoa dieron origen al pato: la cabeza del pescador forma la cabeza, y el pico; la canoa, el cuerpo, y los, remos, las patas.


La Hija de la Gran Serpiente había dicho a su esposo:
- ¡Ah!, tus servidores han dejado escapar la noche. - Después, cuando vio aparecer la estrella matutina, añadió -: pero el día va a reaparecer. Voy a separar los días de las noches.



Cogió un hilo, lo arrolló y le dijo:
- Tú serás el "cujubin" ; cantarás todas las mañanas, cuando salgan los primeros rayos del sol.
Después arrolló otro hilo, lo espolvoreó con unas cenizas y le dijo:
- Tú serás el "nhambu" , y cantarás a diversas, horas de la noche, hasta la mañana.
Desde entonces, cada pájaro canta a su hora, por la noche, y todos juntos, por la mañana, al comienzo del día.


Cuando los tres servidores llegaron, el joven les dijo:
- No habéis sido fieles; habéis abierto la nuez de coco y habéis dejado escapar la noche. Todas las cosas se han perdido, y vosotros también.

Y desde aquel momento fueron cambiados en monos. Se asegura que el color negro de la boca y las rayas que llevan en el brazo son debidos a la resina que se derramó sobre ellos, cuando abrieron la nuez de coco.

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