sábado, 10 de julio de 2010

miércoles, 7 de julio de 2010

Más vale astucia que fuerza


En el mundo de los animales casi siempre impera «la ley del más fuerte». Y en el nuestro, ¿crees que es igual?

En una selva lejana se instaló un tigre con ganas de armarla. Aparte de ser enorme, este felino mataba y engullía sin piedad varias piezas diarias poniendo en peligro el equilibrio de la jungla.

El resto de los animales, alarmados y entristecidos, decidieron entregarle cada día al gran sanguinario a un miembro de una familia, empezando por los más mayores. Y así lo hicieron hasta que les tocó el turno a los zorros. Y cuando el abuelo zorro estaba a punto de marcharse para ser sacrificado, su nieto dijo que él mismo ocuparía su lugar.

El pequeño zorro se plantó sin miedo delante del tigre y comenzó a reírse compulsivamente. El gran felino, desconcertado, le preguntó por qué se reía, y el pequeño le dijo que otro tigre le estaba quitando buenos bocados. El tigre, enfurecido, le dijo que le llevase ante tan terrible rival. Se pusieron en camino y muy pronto llegaron a un profundo pozo. El zorrito le dijo al tigre que su colega vivía allí dentro. El felino se asomó al pozo y al ver su reflejo en el agua, con una expresión tan feroz, no se reconoció y pensó que era el otro tigre. Y entonces,... se tiró de cabeza a las oscuras aguas para luchar a muerte con su reflejo.

No siempre gana la fuerza: la inteligencia puede ser una alternativa interesante para triunfar. ¡Hagamos músculos mentales!