lunes, 28 de junio de 2010

Tanabata


Quieres saber cómo se creó la Vía Láctea? Pues aquí tienes una leyenda que explicaban los antiguos japoneses para explicar la creación de esa Galaxia.

Había una vez un joven labrador. Un día, cuando estaba caminando hacia su casa se encontró una tela colgada en un árbol. ¡Era una tela maravillosa! La más bonita que el joven había visto en su vida. Así, pensando que alguien la había tirado allí cogió la tela y se la metió en su cesto. Había acabado de poner la tela en en el cesto, cuando alguien le llamó, y al girarse se sorprendió mucho al ver aparecer a una mujer muy hermosa que le dijo: "Me llamo Tanabata. Por favor devuélveme mi 'hagoromo'."

El joven le preguntó: "¿Hagoromo? ¿Qué es un hagoromo?"

Ella le dijo: "El hagoromo es una tela que uso para volar. Vivo en el cielo. No soy humana. Descendí para jugar en aquella laguna, pero sin mi hagoromo no podré regresar. Por eso le pido que me la devuelva."
El joven avergonzado no pudo decir que él la había ocultado y le dijo que no sabía nada de esa tela.

Así, como no tenía el hagoromo Tanabata no pudo volver al cielo y no tuvo más remedio que quedarse en la tierra. Sin embargo, al cabo de un tiempo ella y el joven labrador se enamoraron y se casaron.

Al cabo de unos años, Tanabata, cuando hacía la limpieza de la casa, encontró el hagoromo, y entonces le dijo a su marido que tenía que regresar al cielo, pero también le dijo que había una manera de estar juntos. Si hacía mil pares de sandalias de paja y las enterraba en torno a un bambú podría subir al cielo. Tanabata le estaría esperando.

El joven se quedó muy triste y empezó a hacer las sandalias de paja. Cuando había hecho 999 estaba tan impaciente fue a enterrarlas al lado de un bambú. En ese momento el bambú se alargó muy alto hasta el cielo.
El joven labrador subió por el bambú hasta el cielo, pero le faltaba sólo un poco para llegar. Era el par de sandalias que no había hecho, pero empezó a llamar a Tanabata. Y ésta le ayudó a subir.

Su felicidad no duró mucho porque en ese momento apareció el padre de Tanabata, al que no le había gustado que ella se casara con un simple mortal. El padre pidió al joven labrador que cuidara durante tres días sus tierras.
"Entendido.", respondió el joven.

Tanabata le dijo a su marido que su padre le estaba haciendo una trampa y que aunque tuviese sed no comiese ninguna fruta pues le ocurriría algo malo.
El joven se puso a cuidar las tierras. Pero la mañana del tercer día ya no podía aguantar la sed y sus manos se fueron hacia la fruta. En ese momento, del melocotón que había tocado empezó salir mucha agua convirtiéndose en el río el "Amanogawa"
El joven y Tanabata quedaron separados por Amanogawa y ambos se convirtieron en estrellas, las estrellas Vega y Altaír. Desde entonces, la pareja con el permiso del padre, puede encontrarse sólo un día al año, el siete de julio.

domingo, 27 de junio de 2010

Gallo y gallina

Un gallo y una gallina salieron un día a coger nueces. Al gallo se le quedaron
atascadas dos nueces en la garganta, así que corría el riesgo de ahogarse.

La gallina corrió hacia una fuente y dijo:
— ¡Querida fuente, dame agua! El agua es para el gallo, que se está ahogando.
La fuente contestó:
—Vete al tilo y tráeme hojas

La gallina corrió hacia el tilo y dijo:
— ¡Querido tilo, dame hojas! Las hojas se las daré a la fuente, la fuente me dará
agua y el agua se la daré al gallo, que se está ahogando.
Pero el tilo respondió:
—Ve a la doncella y tráeme una cinta.

Entonces la gallina corrió hacia la doncella y le dijo:
—Querida doncella, dame una cinta! La cinta se la daré al tilo, el tilo me dará hojas,las hojas se las daré a la fuente, la fuente me dará agua y el agua se la daré al gallo, que se está ahogando.
Pero la doncella dijo:
—Ve al zapatero y tráeme unos zapatos.

Entonces la gallina corrió hacia el zapatero y le dijo:
—Querido zapatero, dame unos zapatos! Los zapatos se los daré a la doncella, la
doncella me dará una cinta, la cinta se la daré al tilo, el tilo me dará hojas, las
hojas se las daré a la fuente, la fuente me dará agua y el agua se la daré al gallo,
que se está ahogando.
—Ve a la puerca y tráeme unas cerdas —dijo el zapatero.

La gallina corrió hacia allí y dijo:
—Querida puerca, dame unas cerdas! Las cerdas se las daré al zapatero, el
zapatero me dará unos zapatos, los zapatos se los daré a la doncella, la doncella
me dará una cinta, la cinta se la daré al tilo, el tilo me dará hojas, las hojas se las daré a la fuente, la fuente me dará agua y el agua se la daré al gallo, que se está ahogando.
—Ve al granero y tráeme paja! -dijo la puerca.

Entonces la gallina fue allí y dijo:
—Querido granero, dame paja! La paja se la daré a la puerca, la puerca me dará
unas cerdas, las cerdas se las daré al zapatero, el zapatero me dará unos zapatos,
los zapatos se los daré a la doncella, la doncella me dará una cinta, la cinta se la
daré al tilo, el tilo me dará hojas, las hojas se las daré a la fuente, la fuente me
dará agua y el agua se la daré al gallo, que se está ahogando.
—Bueno, ahí tienes algo de paja -dijo el granero.

Y entonces la puerca le dio unas cerdas y el zapatero le dio unos zapatos y la
doncella le dio una cinta y el tilo le dio hojas y la fuente le dio agua.
Pero cuando la gallina llegó donde estaba el gallo, éste ya estaba muerto, así que tuvo que beberse ella toda el agua.

viernes, 25 de junio de 2010

El molino mágico.


Sabor a mar

Los océanos son una masa de agua que cubre gran parte de nuestro planeta. ¿Pero sabes por qué son salados?

Un intrépido capitán de barco recaló en un puerto de las costas noruegas para hacer negocios. Allí un comerciante le vendió unos enormes bloques de sal.

El capitán los cargó en la bodega de su barco y se puso rumbo a nuevos destinos. Por el camino se desató una tormenta que le hizo detenerse en un islote helado. Allí, para asombro de los marineros y del propio capitán, un viejo mago molía enormes bloques de piedra con una extraña máquina, con tan sólo pronunciar: «Muele que te muele».

Toda la tripulación se escondió detrás de unas rocas y esperó a que el mago acabase con su ceremonia para... robarle tan increíble aparato. En plena noche, subieron la máquina al barco y zarparon sin ser vistos. El capitán estaba tan contento que no dejaba de pronunciar las palabras mágicas para que la máquina no dejase de moler los bloques de sal.

Pero después de varias horas la bodega del barco y la cubierta se llenaron de sal, de tal forma que no se cabía. Y por mucho que el capitán inventaba palabras para detener al infernal aparato, éste seguía muele que te muele. Hasta que tuvieron que abandonar el barco y dejar que se hundiese en las profundidades marinas, donde sigue moliendo sal.

No sabemos si esta historia es del todo verdadera. Lo cierto es que es una suerte que el mar sea salado. ¿No te parece?

jueves, 24 de junio de 2010

El bosque mágico


Había una vez un bosque mágico.

Su leyenda cuenta que cuando en aquel bosque entre una persona que estime más su miseria que toda la felicidad de este mundo, el bosque perderá su magia y pasará a ser un bosque normal.

Muy cerca de este bosque vivían una anciana y su hijo mayor. Vivían ambos en una casa pequeña y nunca entraban en el bosque mágico. Todo seguía igual, con felicidad y tranquilidad hasta que un día necesitaban leña para hacer fuego y tuvieron que ir al otro lado de la montaña a buscarla.

El hijo era un poco perezoso y corto de entendederas, y pensó:

- ¿Por qué tengo que ir al otro lado de la montaña para coger la leña, teniendo el bosque aquí cerca?

Su madre le prohibía ir al bosque y siempre le decía que si iba le pasaría algo muy malo. Pero el hijo se fue y trajo la leña.

También lo hizo al día siguiente sin decirle nada a la madre. Al tercer día, cuando fue al bosque, se sentó en un tronco para descansar y, en ese momento, bajo el tronco, salió una serpiente que se convirtió en una mujer maravillosa de cabellos rubios y largos, vestida con un vestido blanco y precioso. Pero era una serpiente y le quedó lengua de serpiente.

El chico, fascinado de su belleza, se enamoró de ella y decidió pedirle que fuera a vivir con él en su casa.

Mientras tanto, por casa la abuela, pasó una chica que venía leña. La joven iba muy mal vestida, fuera hacía mucho frío, la abuela la hizo entrar para darle una chaqueta de su hijo, que ya le había quedado pequeña para que entrara en calor ante el fuego. Al cabo de un rato, la joven se levantó, le agradeció mucho que le ayudara y le regaló un poco de leña para el fuego.

En aquellos momentos volvió el hijo con la mujer-serpiente. El joven explicó a su madre que lo había encontrado por el camino y no tenía nadie en el mundo y había pensado que podría vivir con ellos.

Al cabo de unos días la abuela notó que la mujer tenía la lengua de una serpiente y decidió hablar con su hijo. Pero él, cada vez más y más enamorado de la mujer-serpiente, no hacía caso a nadie. Cuando la madre dijo que quería que la mujer-serpiente se fuera de su casa, el hijo le dijo que amaba aquella chica y que estaba tan enamorado se quería casar.

El chico, a pesar de todos los consejos que le dio su madre, se casó con la hermosa chica. La mujer-serpiente notó que la abuela se había dado cuenta de quién era ella y, para evitar todo lo que podía pasar, empezó a llorar ante su marido y decirle que su madre no la quería. Tanto y tanto insistió en que finalmente el hijo decidió echar de casa a su madre.

La abuela, a pesar de haber dedicado toda la vida a su hijo, se encontraba a la intemperie. Hacía un frío que pelaba y nevaba tanto que, mientras caminaba, la nieve le llegaba hasta las rodillas.

Sin embargo la abuela continuó amándolo ya que sabía que la culpa era de aquella mujer-serpiente.

La abuela, además, tenía mucha hambre y tenía los pies congelados. Estaba muy cansada y finalmente cayó al suelo. Entonces recordó la leña que le había regalado aquella chica y decidió encenderla para calentarse. Era muy vieja y sabía que no podría sobrevivir muchos días más de aquella manera. Al encender el fuego, de dentro de los troncos salieron un duendes con unos sombreros puntiagudos de color rojo como el fuego.

Los enanos empezaron a bailar, a saltar, a cantar y gritar, lo que la hizo alegrar y coger fuerzas. Los duendes se pusieron a su alrededor y le empezaron a hablar:

- Tu hijo, abuela, hizo despertar los espíritus del bosque mágico. Ahora, estos están muy enfadados, por lo que el rey del bosque quiere hablar contigo.

En ese momento apareció un ciervo, con el que la abuela viajó en el interior del bosque mágico, acompañada de los duendes que montaban unos esquiroles que les hacían de caballos. Allí no hacía tan frío y no había nada de nieve. Los árboles parecían vivos, la tierra tenía unos colores diferentes, los animales eran extraños y, incluso, algunos hablaban entre sí.

En ese momento apareció una silla impresionante de color negro. Esta era en un espacio oscuro y no se podía ver quién había sentado.

Entonces se oyó una voz humana que dijo:
- Ya sabes que tu hijo despertó los espíritus del bosque. Ahora ya tiene su castigo.

Tú podrás volver a tu pueblo, en el tiempo de tu juventud.

En ese preciso momento apareció su pueblo, donde la gente era muy feliz porque hacía mucho sol y muy buen tiempo y tenían de todo lo que necesitaban.

- Entra en el interior de tu pueblo. Cuando hayas entrado, te harás joven y te encontrarás con toda tu familia-dijo el rey del bosque.

La abuela se puso a correr hacia el interior del pueblo y justo en el momento de entrar se giró y vio a su hijo. Ella preguntó al rey:

- ¿Qué le pasará a mi hijo?

- Cuando pases esta puerta olvidarás que jamás haya existido. No te recordarás de nada. Pero no te preocupes por él. Él ya recibirá su castigo.

En ese momento la abuela dudó sobre qué debía hacer. Finalmente decidió no dejar a su hijo y dijo:
- A pesar de todo lo que ha hecho, yo no lo puedo abandonar.

Entonces, un viento huracanado lo hizo desaparecer todo: los duendes, la silla, el rey, el pueblo, los animales ... y la mujer-serpiente se convirtió en serpiente de verdad.

La abuela fue la persona que amaba más su miseria que toda la felicidad del mundo. Y la magia del bosque desapareció. El hijo y la abuela quedaron solos. Él lloraba pidiéndole perdón. A partir de ese momento vivieron contentos el resto de su vida.

lunes, 21 de junio de 2010

La canoa de la balena



Cólera vaporizada

Uno de los animales más misteriosos y perseguidos es la ballena. ¿Pero sabes por qué echa agua por su cabeza?

En la noche de los tiempos existía un Paraíso, al otro lado del mundo. Los animales más poderosos querían conquistarlo, pero tenían un problema: una inmensa masa de agua les separaba de su sueño. Entonces se acordaron de una ballena que surcaba los océanos montada en una resistente canoa. Se la pidieron prestada y el gran cetáceo se negó.

Pero la estrella de mar sabía que la ballena tenía una debilidad: le encantaba que le contasen cuentos. Y la estrella de mar le convenció para que se tumbase y comenzó a narrarle historias de príncipes, piratas y castillos de azúcar. Cuando la ballena estaba casi dormida, todos los animales se montaron en su canoa y se escaparon surcando las olas. Pero a la estrella de mar pronto se le acabó el repertorio de cuentos y la ballena se despertó, se dio cuenta de lo sucedido y entonces, llena de furia, comenzó una lucha encarnizada con la estrella.

Cuando terminaron la batalla, la ballena tenía un agujero en la cabeza y la estrella era más plana que una torta de aceite. El gran cetáceo comenzó a perseguir a su embarcación, pero de nada le sirvió. Y se quedó tan llena de rabia que le salió vapor de agua a presión por el agujero de su cabeza.

La cólera es un arma arrojadiza que se vuelve contra nosotros. ¿Te sale espuma por la boca cuando te enfadas?

domingo, 20 de junio de 2010

viernes, 18 de junio de 2010

¿Por qué el cielo está tan lejos?


Cuentan que en el principio de los tiempos, el cielo estaba tan cerca de la tierra que la gente no tenía más que levantar la mano para tocarlo. La gente vivía muy contenta porque además el cielo protegía a los seres humanos y a los animales del viento frío y del calor del sol.

Pero un día, dos mujeres que querían preparar la comida se pusieron a moler grano con un bastón grueso y largo en un gran mortero de piedra. Los bastones eran tan largos que a menudo golpeaban al cielo, agujereándolo y causándole gran dolor. El cielo enfadado protestó a las mujeres:
-¡Eh, vosotras! Dejad de golpearme. Me estáis haciendo daño y llenándome de agujeros. Soi seguís así, ya no podré seguir protegiéndoos del viento y del calor.
Pero las mujeres estaban tan concentradas en su trabajo que no prestaron atención a las palabras del cielo y siguieron moliendo su grano y golpeando de tanto en tanto al cielo.

El cielo aguantó todo lo que pudo, pero le hacían tanto daño, que poco a poco fue alejándose de la tierra para que no le alcanzaran con los bastones y se quedó donde está hoy, así que las gentes perdieron la protección del cielo y desde entonces sufren el frío viento y el calor. Es por esto que en Somalia llaman al cuelo Daldaloole, el que está agujereado.

Cuentan también en Somalia que las nubes son una hermosa muchacha que lleva a su casa un cántaro lleno de agua que saca de un pozo. Cuando la muchacha camina de regreso a casa, el cántaro se bambolea y el agua se derrama por todas las partes, cayeron hacia la tierra por los agujeros del cielo. Esa agua es lo que llamamos lluvia.

jueves, 17 de junio de 2010

El conejito de la casa de palma.


Fuerza bruta

Sueles prestar tus cosas cuando te las piden? ¿O tienes miedo de que no te las devuelvan a tiempo?

Un lindo conejito se construyó una casa de palma. ¡Y menos mal! Porque nada más terminarla llegó el invierno. Un día de lluvia estaba el conejito delante de la chimenea cuando llamaron a la puerta.

«¿Quién es?», preguntó el conejo. «Soy el zorro. Por favor, déjame entrar en tu casa, estoy empapado».

El conejo le dijo que su casa era tan pequeña que no cabían los dos y que buscase otro refugio. Pero el zorro insistió tanto que le convenció, y le dijo que sólo estaría un momento para calentarse en la chimenea. El conejo salió de su casa, y en la puerta se quedó con la lluvia calándole los huesos. Aguantó y aguantó el frío hasta que no pudo más y le dijo al zorro que le devolviera su casa. Pero el zorrito empezó a reírse y le dijo que de allí no le sacaba nadie.

Entonces el conejo pidió ayuda a un burro, a un perro y a un gato, que con mucha cortesía y educación intentaron que el zorro dejase la casa del conejo, pero de nada sirvió. El conejo estaba a punto de enloquecer, cuando se acercó por allí un gallo muy pinturero que le dijo al zorro: «Como no salgas inmediatamente, te voy a meter dos tiros con esta escopeta». Y el zorro salió despavorido y no se le volvió a ver más por aquellos lares.

En ocasiones hace falta más que las buenas maneras y la educación para vencer la astucia de un fresco

miércoles, 16 de junio de 2010

El Urutaú.

Morir de amor
¿Te gustan las auténticas historias de amor? ¿Crees que son más interesantes las del pasado o las de ahora?

Hace mucho tiempo existían en América del Sur dos tribus rivales: los tupi y los guaraní. Siempre estaban en lucha y nunca conseguían llegar a ningún acuerdo.

Salvo una chica guaraní y un chico tupi que estaban locamente enamorados y que se veían en secreto en el bosque, dentro de un gran árbol hueco. Allí, una tarde, antes de que estallase una nueva guerra, se juraron amor eterno. El joven tupi luchó en la batalla hasta que fue hecho prisionero por la tribu guaraní. Le ataron y le encerraron en una choza. Cuando la joven se enteró, se le rompió el corazón y se lo contó todo a sus padres.

Pero éstos no entendieron aquel amor prohibido y no la hicieron caso. La chica, desesperada, abandonó su casa y se fue al bosque. Allí se encaramó en el árbol hueco.
Pasaron varias semanas y su familia, preocupada, insistía para que bajase, pero la chica lo único que hacía era llorar sin consuelo. Hasta que el hechicero de la tribu inventó una mentira para que bajase: le dijo que su enamorado había muerto. La chica dio un extraño grito de dolor y después desapareció para siempre. Desde entonces anidó en el árbol un pájaro desconocido, y cuyo canto era igual a un llanto: se le llamó Urutaú.

Manifestar el dolor a través del llanto puede ser una buena terapia. Pero, ¡ojo! Hay que saber parar a tiempo.

martes, 15 de junio de 2010

La caja de Pandora




Uno de los temas que han inquietado el interés de los hombres a lo largo de toda su historia es la creación del mundo. Los antiguos griegos tenían su propia forma de contar la historia, que era como sigue:


domingo, 13 de junio de 2010

¿Por qué los gallos sólo cantan de día?


¿Os habéis fijado que los gallos se despiertan justo cuando el sol empieza a despuntar, y se van a dormir justo cuando la luna saca la nariz? ¿Queréis saber por qué pasa esto?

Hace muchos, muchos años, vivían en el cielo tres hermanos: el Sol, la Luna y Quiquiriquí.

Un día, el Sol se fue a trabajar y la Luna y Quiquiriquí se quedaron solos. Al llegar la noche, la Luna ordenó a Quiquiriquí que hiciese volver el ganado a los establos, pero Quiquiriquí, que estaba cansado de trabajar todo el día, le dijo que no. Enfurecida, la Luna agarró a su hermano por la cresta y lo arrojó a la Tierra, expulsándolo para siempre del reino celestial.

Cuando el Sol llegó de trabajar y no vio a su hermano Quiquiriquí, le preguntó a la Luna qué había pasado. Cuando le explicó la verdad, el Sol se enfadó muchísimo y le dijo:

- Hermana Luna, como no puedes vivir en paz con nadie, a partir de ahora vivirás sola. Yo trabajaré de día y tú de noche, de manera que no nos veremos nunca más. Pero nuestro hermano Quiquiriquí no se olvidará de mí, y cuando yo salga por el día me cantará alegremente, mientras que cuando llegue la noche, se esconderá para no ver a la hermana que ya no le quiere.

Y a partir de entonces siempre ha sido así. Al salir el Sol, el gallo sale y canta: "¡Quiquiriquí, quiquiriquí!", que en el lenguaje de los gallos significa: "¡Yo también estoy aquí! ¡Yo también estoy aquí!". En cambio, cuando la Luna empieza a asomar, se esconde y se va a dormir, porque sigue enfadado con la hermana que lo expulsó del Cielo.

viernes, 11 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

La leyenda del atrapasueños

Hace mucho tiempo cuando el mundo era joven, un viejo líder espiritual Lakota estaba en una montaña alta y tuvo una visión.

En esta visión Iktomi, el gran maestro bromista de la sabiduría apareció en la forma de una araña. Iktomi le hablo en un lenguaje sagrado, que solo los líderes espirituales de los Lakotas podían entender.

Mientras le hablaba Iktomi, la araña tomo un aro de sauce, el de mayor edad, también tenia plumas, pelo de caballo, cuentas y ofrendas y empezó a tejer una telaraña.

Habló con el anciano acerca de los círculos de la vida, llegamos siendo unos bebes y crecemos durante la niñez y llegamos después a la edad adulta, finalmente caminamos hacia la ancianidad, donde nosotros debemos ser cuidadosos como cuando éramos bebes, completando el círculo.

Pero Iktomi dijo mientras continuaba tejiendo su red……

- en cada tiempo de la vida hay muchas fuerzas, algunas buenas otras malas, si te encuentras con las buenas fuerzas ellas te guiaran en la dirección correcta.
Pero si tú escuchas a las fuerzas malas, ellas te lastimaran y te guiaran en la dirección equivocada.


Iktomi continuo….. ahí hay muchas fuerzas y diferentes direcciones y pueden ayudar a interferir con la armonía de la naturaleza.
También con el gran espíritu y sus maravillosas enseñanzas.

Mientras la araña hablaba continuaba entretejiendo su telaraña, empezando de afuera y trabajando hacia el centro. Cuando Iktomi termino de hablar, le dio al anciano Lakota, la red y le dijo:
-ves la telaraña es un circulo perfecto, pero en el centro hay un agujero, usa la telaraña para ayudarte a ti mismo y a tu gente, para alcanzar tus metas y hacer buen uso de las ideas de la gente, sueños y visiones.
Si tu crees en el gran espíritu, la telaraña atrapara tus buenas ideas y las malas se irán por el agujero.

El anciano Lakota, le paso su visión a su gente y ahora los indios Siux usan el atrapasueños como la red de su vida. Este se cuelga arriba de sus camas, en su casa para escudriñar sus sueños y visiones.

Lo bueno de sus sueños es capturado en la telaraña de vida y enviado con ellos, lo malo de sus sueños escapa a través del agujero en el centro de la red y no será más parte de ellos.

Ellos creen que el atrapasueños sostiene el destino de su futuro.

martes, 8 de junio de 2010

La desaparición de la ciudad de La Serena


Algunos dichos populares dicen: “El amor mueve montañas” o “El amor es más fuerte”, pero tras conocer la siguiente historia debería instaurarse uno que dijera: “El amor hace desaparecer ciudades”.

Y es que la leyenda de la “Desaparición de la ciudad de La Serena” nos cuenta la historia de Juan Soldado, un joven buen mozo y muy humilde que se enamora de la única hija del rico cacique de la ciudad.

Pese al enfático rechazo de su padre, la chica se enamora de Juan Soldado y decide casarse con él. Justo en el momento en que el cura iba a dar inicio al sacramento, en la iglesia se comenzó a sentir un fuerte alboroto. Todos los presentes comentaron que se acercaba a la ciudad el padre de la novia, con la firme intención de matar a los futuros esposos para luego, incendiar y destruir toda la ciudad.

Nadie sabe qué, ni cómo pasó, pero el asunto es que cuando el padre enfurecido pisó los alrededores de la ciudad, ésta de pronto se desvaneció, se esfumó.

Acompañado de sus soldados recorrió a caballo montes y praderas, pero la ciudad no estaba. Había desaparecido.

Cuentan que a veces, por lo general los sábados, las personas que pasan cerca del lugar donde estaba emplazada dicha ciudad, escuchan música y canciones. Otros dicen que para Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que la contemplan desde lejos, pero la imagen comienza a desvanecerse en la medida en que la gente se acerca a ella.