lunes, 24 de mayo de 2010

Cómo nacieron los Pirineos

Hoy he echo el examen, el cuál este blog era el trabajo.
Y aunque ya entregue, ire colgando más historias, cuentos, leyendas solamente por el gusto de conocer más.

Hoy una historia de cerca,
Cómo nacieron los Pirineos

Cuentan que Pyrene fue una bellísima ninfa, diosa de las aguas y los manantiales,que
acostumbraba a descansar a la orilla de un lago tranquilo.Y dicen que mientras los
ruiseñores cantaban a su alrededor, ella miraba reflejada en las cristalinas aguas y
acariciaba dulcemente sus largos y rubios cabellos.



La paz y la calma llenaban la vida de Pyrene que, de vez en cuando, se sobresaltaba por las voces y el escándalo que formaban unos gigantes que vivían en las altas
montañas.

Ella sabía que aquellos monstruos salvajes querían destruir la tranquilidad de su valle. Pero al mismo tiempo se sentía segura porque un frondoso bosque
impedía que sus enemigos se acercaran.

Un día unas nubes grises y oscuras amenazaron con descargar una tormenta de rayos y truenos, pero los malvados gigantes los agarraron con sus enormes manos y los arrojaron sobre el bosque que les separaba de Pyrene.
Inmediatamente comenzaron a arder todos los árboles y la maleza se convirtió en llamas, sin que Pyrene pudiera evitarlo.

La noticia llegó hasta los oídos de Zeus, dios de los dioses, que mandó a su hijo
Hércules para que sofocara el incendio y rescatara a Pyrene del infierno. El hijo
obedeció a su papá y llevó a la ninfa junto al mar para que pudiera descansar y se
recuperase.

-Pyrene, aquí estarás a salvo. Y Hércules regresó al valle para acabar con los
malévolos gigantes.

- Tu valle se ha convertido en cenizas pero yo buscaré otro para ti -le dijo al regresar a su lado.
-No. Yo sólo amo a mi valle y quiero regresar a él - respondió la diosa.

Pero allí no había pájaros, ni flores, ni mariposas, ni árboles... todo había sido
destruido por el fuego. Incluso el manantial arrastraba las cenizas y sus aguas no eran cristalinas.Pyrene no pudo soportar aquel desastre y murió de pena al contemplar su valle deshecho.

Hércules recogió el cuerpo de la diosa para llevarlo a lo más alto de las cumbres y paraque nunca fuera olvidada levantó allí el más hermoso de los monumentos: una gran
cordillera montañosa que separaba España de Francia. Y en su honor la llamó: Pirineos

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