miércoles, 12 de mayo de 2010

Cola de Pescado


Si lanzas la red
El fondo del mar,
En Cola de Pescado
No puedes pescar.
Fue a buscar la corona
Que el rey tiró
Y ahora vive con los peces,
Los pulpos y los calamares

Es una canción que cantan en Sicilia, esa isla que Italia tiene en la punta de la bota.
Esta canción habla de Giusepino, un niño que, como se pasaba el día en el agua, pues acabó como tenía que acabar. Pero, quizás vale más que os cuente la historia desde el comienzo.

En Giusepino era un niño fascinado por el mar. Todavía no sabía andar, que ya nadaba y buceaba. Y si alguien pensaba que un día se cansaría, de tanto vivir en remojo, pues se equivocaba. Porque en Giusepino se fue haciendo mayor y el trabajo era que saliera del mar.

Se pasaba tantas horas, en el agua, que en Giusepino era casi un pez más. Y si no lo acababa de ser era porque tenía pelo, nariz, dos orejas y unas mejillas muy rojas.

Pero en Giusepino soñaba que era un pez. Y, claro, como que sólo salía del agua para ir a dormir, pues pasó lo que tenía que pasar.
Y es que de tanto nadar y bucear, un día, las piernas se le transformaron en la cola de un pez.
En Giusepino era feliz con la cola de pescado. Chapoteaba, saltaba y se zambullía como un delfín. Y jugaba al escondite con sus amigos: tres anchoas huérfanas y un muelle rojo.
Y desde aquel día, todo el mundo le dejó de decir Giusepino para decirle: cola de pescado

La mágica transformación de en Cola de Pescado pasó de boca en boca hasta que llegó a la otra punta de la isla.
Todo el mundo hablaba de Giusepino, perdón, de Cola de Pescado. Y la gente explicaba tantas historias, que un día llegaron hasta el palacio del rey Miquelino IV.
- ¿Qué dice que hace? -Preguntaba el monarca, que era un poco sordo.
- Dicen que como es amigo de los peces, en Cola de Pescado rompe las redes de los marineros-respondía muy preocupado el ministro de Pesca.
-¿Así que este Cola de Pescado sabe mucho, de bucear? Pues quiero que llevéis aquí inmediatamente-ordenó el rey, señalando el lugar exacto-. Dígale que le quiero encargar una misión muy importante.

Hacía tiempo que el rey Miquelino IV llevaba una de cabeza. Se había propuesto averiguar qué había bajo la isla, en el fondo del mar.
- Quiero que ahora mismo te zambulle y que no vuelvas hasta que no descubras qué se esconde bajo la isla-ordenó el rey a en Cola de Pescado, que se había presentado a la cita acompañado por las tres anchoas huérfanos y muelle rojo.

En Cola de Pescado obedeció inmediatamente la orden del rey. Buceo y buceo horas y horas hacia el fondo del mar.
Cuando hacía un día que estaba bajo el agua, en Cola de Pescado se encontró cara a cara con un pez enorme que dormía bajo la isla. Era tan grande y tan feo, que cuando lo vieron, en Cola de Pescado y sus amigos se detuvo muertos de miedo y media vuelta hacia la superficie.
Al rey no le convencieron las explicaciones que en Cola de Pescado y sus amigos le dieron.
- ¡Historias!-gritaba el rey Miquelino muy enfadado-. ¿Qué quiere decir que no quieres volver? ¡Te mando que ahora mismo te vuelvas a zambullir!

Y como el monarca veía que en Cola de Pescado no le hacía caso, pensó que si se quitaba la corona y la lanzaba al mar, en Cola de Pescado no se podría negar.
- Ve a buscar. Que un rey sin corona no puede gobernar.

Tardó poco, en Cola de Pescado, a recuperar la corona.
Pero una vez la tuvo en las manos, en Cola de Pescado se dio cuenta de que con esa corona él también podía reinar.
- ¿Qué hacemos, amigos?-preguntó en Cola de Pescado a las tres anchoas huérfanas y el muelle rojo-. Nos quedamos a vivir en el fondo del mar o volvemos la corona al rey Miquelino

Y sus inseparables amigos le indicaron el camino más rápido hacia el fondo del mar.
El rey Miquelino se esperó más de una semana que volviera, hasta que se cansó, convencido de que en Cola de Pescado se había ahogado. Pero dice la voz popular que en Cola de Pescado, ahora, es el rey de las profundidades.

Y es verdad. Porque vive feliz, con la corona hasta las orejas y su trono submarino. Rodeado en todo momento de sus inseparables amigos: las tres anchoas huérfanos y el muelle rojo.
Ya lo dice la canción:

Si lanzas la red
El fondo del mar,
En Cola de Pescado
No puedes pescar.
Fue a buscar la corona
Que el rey tiró
Y ahora vive con los peces,
Los pulpos y los calamares.

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